Somos el resultado de muchas circunstancias
anteriores que se fueron entrecruzando:
un sinfín de personas tejieron el ramaje que ha confluido en cada uno de
nosotros. Por tanto, somos consecuencia del acontecer de numerosos hechos
fortuitos, y causa al mismo tiempo, si ya tenemos hijos o cuando los tengamos
en un futuro.
Lo estrictamente hereditario
condiciona en alto grado el aspecto, el carácter, la predisposición a tener
ciertas enfermedades, etc. Ahora se sabe que esa herencia, aunque por supuesto
influye, no es determinante: si se es capaz de adoptar creencias y actitudes en
consonancia con lo que sería coherente para cada individuo - en los aspectos
material, de salud y emocional-, se puede minimizar esa tendencia congénita o
dejarla en letargo durante toda la vida.
Hay muchos condicionantes, además
del biológico. Y según el punto de vista espiritual, tanto la genética como el
entorno familiar, son elegidas por el nuevo ser para superar una serie de
limitaciones o desarrollar ciertos talentos, a lo largo de su existencia.
A lo largo de la infancia, existen
numerosos factores que nos están influyendo y marcan los rasgos de cómo seremos
de adultos. Los padres dejan una gran impronta en los hijos, y sería ideal que
ésta fuese positiva y aleccionadora, pero la realidad es que perpetuamos
nuestras carencias y limitaciones en nuestros descendientes, cuando no somos
conscientes de ellas.
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El niño conforma su personalidad y
estructura básica de defensa hasta los 7 años. Se sabe que todos sin excepción
reaccionamos ante lo que nos causa dolor, con una coraza protectora que se
inscribe en el cuerpo, con el fin de anularlo y no sufrir. Wilhelm Reich,
elaboró por primera vez esta teoría, que luego ha sido recogida y ampliamente
desarrollada por diversas escuelas. Así se comprende la estrecha relación
cuerpo-emociones: lo que sentimos, se graba en nuestros músculos, órganos y
células, además de quedar archivado en el inconsciente. Por eso, a través de
trabajos con la musculatura profunda del cuerpo, se puede acceder a emociones
reprimidas e ir liberando el núcleo de lo que nos afectó durante la infancia…
hasta cierto punto. Hay cosas que se puede elegir vivir de otro modo porque
siempre formarán parte de nosotros. Eso es lo que nos hace tal como somos:
seres únicos, con todas las consecuencias.
Algunos puntos a tener en cuenta desde la perspectiva
del individuo:
- En la edad adulta, asumir nuestra responsabilidad. Nosotros tenemos las riendas de nuestra vida y decidimos cómo vivirla, pasara lo que pasara antes
- Lo que ya fue no lo podemos cambiar. Sí podemos modificar lo que sentimos respecto a lo que pasó
- Buscar el modo de hacernos conscientes de esas heridas que se produjeron en la infancia, para no perpetuarlas en los hijos, o seguir siendo infelices
- Pensar en nuestros padres como seres humanos imperfectos que probablemente tuvieron sus propias carencias
- Ser coherentes con nuestros deseos más íntimos y nuestra forma de ver la vida, a pesar de la reprobación u oposición de nuestros progenitores
La Psicogenealogía y las Constelaciones Familiares,
como soporte sistémico
En el largo devenir de cualquier
linaje familiar, sucede que algunos de sus componentes tuvieron destinos
fatales. Fueron excluidos de la familia por no cumplir con los “mandatos”
impuestos, cometer alguna atrocidad, o porque no llegaron a nacer (abortos),
murieron siendo bebés o muy jóvenes. Si hay omisión o una negación de la pertenencia
de esa persona al clan familiar, ese alma buscará el modo de seguir “estando”
presente de alguna manera a través de los miembros descendientes, pues su
instinto de pertenecer como uno más de ellos, está muy arraigado.
Eso se traduce en que se dan
repeticiones y se perpetúan hechos o circunstancias más o menos trágicas, como
si fuera una maldición. Coinciden fechas
y aniversarios de nacimientos o decesos, nombres que acarrean el mismo destino
de un antecesor fallecido, enfermedades que parecen reproducirse a menudo en la
familia, etc.
Según Alejandro y Cristóbal
Jodorowsky (precisamente, padre e hijo), el clan familiar * tiene una fuerza centrípeta, que anula las
individualidades en pos de la supervivencia del conjunto. Por ese motivo es tan
complicado sustraerse a la influencia de los deseos y normas que imperan en
cada familia: la consigna implícita es “si no cumples con lo estipulado, serás
expulsado/a”. En cada grupo familiar existen unas leyes imperantes que se han
de seguir por todos la que constituyen, como una obligación; es más, como una
condición “sine qua non” para ser aceptado. Eso tiene un peso tremendo en las
personas que por lo que sea, se niegan a seguir el camino trazado para tomar el
propio. Y a veces lo hacen a costa de mucho sufrimiento y de no obtener ningún
éxito en lo que emprendan, pues si triunfasen en su cometido, sería equivalente
a traicionar al clan familiar. Evidentemente que todo eso se da a un nivel no
reconocido, es decir, del orden del inconsciente. No es algo que se decida
hacer o no hacer, sino que simplemente sucede, a pesar de que se ponga todo el
esfuerzo en lograr las metas deseadas.
* Entendiendo el mismo como algo que se remonta mucho más allá de
nuestros padres, abuelos o bisabuelos.
Sanear las raíces del árbol genealógico
Alejandro Jodorowsky habla de la
importancia de indagar en el árbol genealógico para detectar los paralelismos
(fechas, enfermedades, nombres, etc.) y descubrir si hay algún suceso que puede
estar influyéndonos. Llamó a este trabajo de desentrañar en la medida de lo
posible, los misterios del árbol al que pertenecemos, “Psicogenealogía”.
Anteriormente experimentó con disciplinas de todo tipo, que confluyeron en lo
que denominó Acto Psicomágico, que aplica principalmente, para destrabar esos
nudos que nos mantienen sujetos a la tiranía familiar. En ese acto con
connotaciones artísticas y terapéuticas, se reproduce un símil de la situación
paralizante a nivel simbólico. Esa escenificación habla directamente al
inconsciente porque utiliza su mismo lenguaje: las imágenes. Es una acción
liberadora que sana no sólo a quien la realiza, sino a los miembros de la
familia que están implicados. Se puede considerar que el acto de Psicomagia,
neutraliza la influencia en un aspecto concreto, aunque habría que ver si hay
más situaciones anteriores, que nos puedan estar afectando en algún área
importante de nuestra vida.
Bert Hellinger, quien instauró el
poderoso trabajo de Constelaciones Familiares, sostiene que lo básico es
respetar el “Orden del Amor”, que se puede resumir en estos tres puntos, aunque
su teoría al completo es mucho más
profunda, de lo que puede parecer al leerlos:
- Los Padres dan, los Hijos reciben
- Los Padres siempre son los Grandes (estuvieron antes), los Hijos siempre son los Pequeños (vinieron después con respecto a sus padres)
- Todos los miembros sin excepción, incluyendo abortos, bebés o niños fallecidos, pertenecen al clan familiar, pasara lo que pasase
Cualquier intento de saltarse estas
premisas aparentemente sencillas, produce distorsiones importantes, que tendrán
consecuencias en el resto de miembros de una familia. Por ejemplo: cuando los
hijos intentan cuidar de los padres ya desde pequeños, asumiendo un rol que no
les toca; cuando los padres tienen carencias emocionales que les impiden
hacerse cargo de los hijos, también en el aspecto emocional, pasando a ser
“hijos” de sus hijos, o estando ausentes (física o emocionalmente); o cuando
algún integrante de la familia es repudiado por el motivo que sea.
En Constelaciones Familiares es
importantísimo el tema de la exclusión del núcleo familiar, se dé por el motivo
que se dé.
Trabajando con Constelaciones, de
nuevo sale beneficiada toda la familia, o los principales miembros involucrados
en el conflicto, y no sólo la persona que solicita revisar su caso particular.
Por lo tanto, como individuos estará
bien atender nuestras heridas y carencias personales, aunque sin quedarnos
varados en lo estrictamente individual. Es importante contemplar nuestra
posible problemática desde un ángulo mucho más amplio, puesto que formamos
parte de un sistema que nos influye en igual o incluso mayor medida, que lo
próximo y conocido, y que viene de más atrás e irá más allá de nosotros.
En esto coinciden todas las teorías: nuestras raíces son
nuestra familia y por ello es importante encontrar el punto de confluencia para
hacer las paces entre quienes somos a nivel individual y nuestra familia de
procedencia, ya que si no, nos estamos negando inconscientemente, a entrar en
la Vida.
BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA SOBRE EL
TEMA:
- LIBERAR LAS CORAZAS - Marie Lise Labonté, editorial Luciérnaga
- META GENEALOGÍA - Alejandro Jodorowsky y Marianne Costa, editorial Siruela
- MANUAL DE PSICOMAGIA - Alejandro Jodorowsky, editorial Siruela
- EL COLLAR DEL TIGRE – Cristóbal Jododorowsky, mr ediciones, colecc. Booket espiritualidad (el libro está disponible también en pdf, a través de su página web)
- LIBERARSE DEL KARMA FAMILIAR - Marie-Louise Roy, editorial Luz Índigo
- RECONOCER LO QUE ES - Bert Hellinger y Gabriele ten Hövel, editorial Herder
- SANAR LAS HERIDAS FAMILIARES – Gabrielle Ricq-Chappuis, editorial Obelisco
- EL ORIGEN REAL DE LA ENFERMEDAD Psico-Bio-Genealogía – Antonio Bertolí, editorial Sirio
- ÉL CÓDIGO DE LA EMOCIÓN – Bradley Nelson (ignoro si existe la edición española en papel, aunque en castellano está disponible en pdf, a través de internet)
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