sábado, 22 de junio de 2013

ADICCIONES COTIDIANAS

Las adicciones más conocidas son las que tienen efectos evidentes y causan estragos en la salud, tanto física como psíquica. Hay que tener en cuenta que la mayoría de adicciones graves, causan la muerte física y/o emocional de la persona: es la manera más segura para escaparse, literalmente en cuerpo y alma, del presente.
Pero ¿qué pasa con esas adicciones que están enmascaradas, bien por ser promovidas socialmente, bien por ser muy sutiles y estar casi normalizadas? A veces la frontera entre el comportamiento aceptado según ciertos baremos, y el considerado patológico no está tan clara, o puede pasar desapercibida durante mucho tiempo, antes de evidenciarse como una adicción, es decir, una conducta o actitud que nos perjudica y que aún sabiéndolo, no somos capaces de evitar.

Por qué aparecen los comportamientos adictivos
Una adicción llena un vacío no reconocido, normalmente sentido en la infancia temprana, y actúa tapando un dolor profundo que la persona no se ve capaz de afrontar. La adicción es una huída muy clara ante la propia vulnerabilidad: mientras me ocupo de satisfacer una demanda compulsiva, no estoy siendo consciente de la carencia (vacío) ni de la herida (dolor), ni estoy presente con plenitud.
Sin darnos cuenta, solemos repetir las situaciones no resueltas que tuvimos durante la niñez, y buscamos relacionarnos con personas que tienen algo de nuestros progenitores. Eso hace que nuestras heridas –todos las tenemos- sean tocadas una y otra vez. Aparecen emociones muy molestas, y si no nos proponemos parar para ponernos en contacto con eso, y averiguar lo que sucede a nivel interno, puede darse la huída en muy diversas formas.

¿Cuál sería la frontera entre lo aceptable y la tendencia a la adicción?
A veces resulta difícil hacernos conscientes de cuándo estamos traspasando la línea, pues las actitudes y los hábitos que nos protegen, se van instalando poco a poco y no de forma repentina. Una manera de saberlo es ver si lo que hacemos nos resulta placentero, incluso después (cuando ya se ha terminado el estímulo) o si por el contrario, aparecen sensaciones inquietantes de culpabilidad y vacío.
En los siguientes casos, no hay que perder de vista que me refiero a todo lo que tenga con ver con evasión y exceso, llevando al límite algo que suele ser muy cotidiano, con perjuicio para nuestra salud, y nuestro equilibrio y estabilidad emocional. Detrás de una gran o pequeña adicción, hay una mala gestión de las emociones y una dificultad en aceptar la realidad tal como es.
(Continúa la lectura clicando en "Más información")

viernes, 7 de junio de 2013

INFLUENCIA GENEALÓGICA E INDIVIDUALIDAD



Somos el resultado de muchas circunstancias anteriores que se fueron entrecruzando: un sinfín de personas tejieron el ramaje que ha confluido en cada uno de nosotros. Por tanto, somos consecuencia del acontecer de numerosos hechos fortuitos, y causa al mismo tiempo, si ya tenemos hijos o cuando los tengamos en un futuro.
Lo estrictamente hereditario condiciona en alto grado el aspecto, el carácter, la predisposición a tener ciertas enfermedades, etc. Ahora se sabe que esa herencia, aunque por supuesto influye, no es determinante: si se es capaz de adoptar creencias y actitudes en consonancia con lo que sería coherente para cada individuo - en los aspectos material, de salud y emocional-, se puede minimizar esa tendencia congénita o dejarla en letargo durante toda la vida.
Hay muchos condicionantes, además del biológico. Y según el punto de vista espiritual, tanto la genética como el entorno familiar, son elegidas por el nuevo ser para superar una serie de limitaciones o desarrollar ciertos talentos, a lo largo de su existencia.
A lo largo de la infancia, existen numerosos factores que nos están influyendo y marcan los rasgos de cómo seremos de adultos. Los padres dejan una gran impronta en los hijos, y sería ideal que ésta fuese positiva y aleccionadora, pero la realidad es que perpetuamos nuestras carencias y limitaciones en nuestros descendientes, cuando no somos conscientes de ellas. 
(Continúa la lectura clicando en "Más información")