Durante varias existencias, el alma experimenta todos los estados, situaciones y vivencias posibles para tener una experiencia global… es el modo de que pueda seguir su ciclo evolutivo, pues como seres humanos estamos durante un tiempo limitado en un cuerpo físico y cuando el alma deja ese cuerpo necesita otro para continuar su viaje, hasta que llegue el momento en que éste sea completado.
Cuando hablo de alma, me refiero a esa parte de nosotros que sigue existiendo a través de innumerables vidas de todo tipo, como forma humana o distinta. El alma va adquiriendo sabiduría a través de esas experiencias que va acumulando, aunque para ella el tiempo no es lineal y hay teorías que afirman que se divide para vivir en más de una dimensión a la vez (lo que serían los “dobles” o “vidas paralelas”), o que está teniendo todas esas experiencias pasadas, presentes y futuras en el mismo instante, y que todas ellas se interrelacionan e influyen mutuamente. Todo eso ni lo afirmo ni lo niego, simplemente apunto a la posibilidad de que sea así, y personalmente estoy abierta a creer en ella.
En todo caso, no pretendo entrar en un debate, pues hay cuestiones que no tienen respuesta o tienen muchas, opuestas y excluyentes (al menos desde esta vida o dimensión actual), pero sí que hay una parte nuestra que “sabe” reconocer si esto le resuena o le parece conocido y plausible.
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