sábado, 10 de diciembre de 2011

EL RECORRIDO DEL ALMA

Durante varias existencias, el alma experimenta todos los estados, situaciones y vivencias posibles para tener una experiencia global… es el modo de que pueda seguir su ciclo evolutivo, pues como seres humanos estamos durante un tiempo limitado en un cuerpo físico y cuando el alma deja ese cuerpo necesita otro para continuar su viaje, hasta que llegue el momento en que éste sea completado.
Cuando hablo de alma, me refiero a esa parte de nosotros que sigue existiendo a través de innumerables vidas de todo tipo, como forma humana o distinta. El alma va adquiriendo sabiduría a través de esas experiencias que va acumulando, aunque para ella el tiempo no es lineal y hay teorías que afirman que se divide para vivir en más de una dimensión a la vez (lo que serían los “dobles” o “vidas paralelas”), o que está teniendo todas esas experiencias pasadas, presentes y futuras en el mismo instante, y que todas ellas se interrelacionan e influyen mutuamente. Todo eso ni lo afirmo ni lo niego, simplemente apunto a la posibilidad de que sea así, y personalmente estoy abierta a creer en ella.
En todo caso, no pretendo entrar en un debate, pues hay cuestiones que no tienen respuesta o tienen muchas, opuestas y excluyentes (al menos desde esta vida o dimensión actual), pero sí que hay una parte nuestra que “sabe” reconocer si esto le resuena o le parece conocido y plausible.
(Continúa la lectura clicando en "Más Información") 
El alma, antes de volver de nuevo a la siguiente vida, la “diseña” buscando de antemano los padres, los sucesos y circunstancias, incluso el cuerpo físico con unas características determinadas, que le facilitará el aprendizaje de eso que ha decidido llevarse de esa vida en concreto, y eso no lo hace según lo que le gustaría, sino según LO QUE NECESITA. Lo que sucede es que cuando nacemos se borra la memoria de todo lo que habíamos programado. Salvo raras excepciones (personas que sí tienen algún recuerdo de su vida inmediatamente anterior durante la infancia sobre todo), es como si fuéramos a ciegas porque no tenemos ni la más remota idea de lo que decidimos que había de suceder. Incluso nos parece que empezamos a existir desde el momento en que nuestra madre nos alumbró, porque no tenemos el recuerdo consciente de una existencia anterior. Eso sería como creer que nuestra vida actual se inicia a partir de que tenemos recuerdos, pero en muchos casos, éstos no empiezan hasta algunos años después, y hay quien apenas tiene memoria anterior a sus 8 ó 10 años. Tenemos testimonios (personas, fotos, etc.) de que nuestra vida empezó antes, y por eso lo creemos. ¿Qué sucede entonces cuando se puede acceder a recuerdos que son de mucho tiempo atrás (siglos)?.Si no hubiera fotos ni otras personas que nos dieran el feedback de nuestra existencia desde que hemos abierto los ojos a este mundo, ¿tampoco creeríamos en ello? Probablemente no, sólo tendríamos el primer recuerdo para basarnos en cuando empezamos a existir.
Volviendo a la elección que hace el alma antes de empezar una nueva experiencia: el guión está escrito, pero abierto. De cada uno depende, pues ESTÁ LA CAPACIDAD DE ELEGIR -lo que se llama el libre albedrío-, lo que hará con éste y si quiere seguirlo o no. Si nos alejamos demasiado del “guión establecido”, el alma utilizará ciertos “correctivos” como alguna enfermedad seria, situaciones de dolor que se repiten una y otra vez, accidentes graves, pérdidas y dificultades, que nos pongan en situación de plantear que sucede con nuestra vida tal como la estamos viviendo (crisis importantes). Eso no debería tomarse como un castigo, es simplemente que nuestra alma SÍ RECUERDA y nos lleva por donde necesitamos ir. Cuanto más nos resistimos a nuestros anhelos más profundos, más sufrimiento se produce (en cualquier aspecto importante y vital).
Digamos que el nuestro es un “baile” entre lo que decidimos antes de volver aquí y lo que decidimos mientras estamos aquí, y por eso mismo, si tuvimos un momento en que nuestras acciones pasadas causaron dolor y penalidades a otras personas, también es posible que elijamos una vida de condiciones más duras, pero no como penalización, sino para que se dé la comprensión de lo que tuvieron que pasar esos seres a los que infligimos daño de algún modo. La parte positiva es que cuando se toma consciencia de ello, NO HACE FALTA PASAR por todo eso de nuevo y se puede cambiar una parte del guión o incluso todo. Para conseguirlo hay que tener el valor de afrontar las circunstancias desde otra perspectiva muy distinta, hacer cambios profundos en nuestra vida y relacionarnos desde otro lugar con las personas cercanas. Hace falta también enfrentarse a lo establecido como norma cuando eso no nos sirve y a veces, mantener nuestra nueva visión ante quienes no aceptan esos cambios porque les afecta y sitúa en un lugar incómodo.
El alma no empieza ni termina su viaje en busca de ciclos de experiencia, en solitario. Sí que es cierto que se dice a menudo que nacemos y morimos solos, pero también lo es, que hay seres (no visibles para la mayoría) que nos acompañan en esos dos importantes procesos de transición. Además, como almas, pactamos encuentros unas con otras, algunos que durarán toda una vida, otros fugaces y los más, durante una etapa determinada. Venimos a la tierra al mismo tiempo que otras almas afines a la nuestra, algunas de las cuales han compartido ya muchas existencias antes de la presente.
Es importante también, no obsesionarse ni vivir solamente de cara a “regresar” al pasado, si no es con la finalidad de conseguir mejoras en el presente. Recuperar vivencias anteriores por sí sólo no es terapeútico, lo que sí resulta sanador, es cómo nos manejemos y lo que hagamos con ello. Han de haber una comprensión y aceptación profundas que se reflejen en cambios espontáneos en nuestra vida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario